Si estás considerando visitar Bacalar, una de las preguntas más comunes que pueden surgir es: ¿la laguna de Bacalar es de agua dulce o salada? La respuesta es clara: la Laguna de Bacalar es de agua dulce.
Origen de sus aguas
La laguna se alimenta principalmente de corrientes subterráneas y cenotes, es decir, cuerpos de agua dulce que nacen de ríos subterráneos característicos de la península de Yucatán. No tiene conexión con el mar, lo que asegura que su composición sea completamente dulce.
Este tipo de origen la convierte en una de las lagunas de agua dulce más extensas de México, con aproximadamente 55 kilómetros de longitud y 2.5 kilómetros de ancho en su punto más amplio.
¿Por qué parece una playa caribeña?
A pesar de no ser de agua salada, la laguna de Bacalar es frecuentemente confundida con una playa caribeña por sus tonalidades azul turquesa y arena clara. De hecho, es conocida como la Laguna de los Siete Colores debido a las diferentes tonalidades de azul que se aprecian a lo largo de su extensión. Estas variaciones se deben a la profundidad, los minerales del suelo y el reflejo solar, no a la salinidad del agua.
Importancia ecológica
Al ser de agua dulce, Bacalar alberga ecosistemas delicados y únicos. Uno de los elementos más importantes son los estromatolitos, estructuras formadas por comunidades microbianas que se consideran algunas de las formas de vida más antiguas del planeta. Estas formaciones solo pueden vivir en agua dulce, limpia y poco alterada.
Conclusión
Bacalar es una laguna de agua dulce, lo que la hace diferente a otros destinos turísticos del Caribe mexicano. Su belleza natural, sumada a su importancia ecológica, la convierten en un lugar único que merece ser disfrutado con conciencia ambiental. Si planeas visitarla, evita el uso de bloqueadores solares no biodegradables y respeta las zonas protegidas, especialmente aquellas donde habitan los estromatolitos.